Ser un adolescente bisexual fue una lucha. Cuando escuché la palabra “bisexual” por primera vez con 13 años, tuve un momento inmediato de “¡Aha!”, mientras que al mismo tiempo rechazaba plenamente la idea. “Me gusta Kristen de Mates, soy hetero” me decía a mi mismo – evitando a todo coste pensar sobre los chicos de mi clase que también me atraían. 

Haber crecido en un pequeño pueblo relativamente homófobo en Australia, trajo como resultado años de negar mi atracción hacia los hombres. Mientras que mis amigos se lanzaban hacia sus primeras relaciones incipientes, yo hacía lo mejor por pretender no tener una sexualidad – con la esperanza de retornar a la simplicidad de antes de la pubertad. “Quizás si leo Harry Potter por 10ª vez y hago como si nada va mal, puedo sobrevivir secundaria” – mi monólogo interno por allá del 2003.

No fue hasta llegar a los principios de mis 20 años que me sentí lo suficientemente cómodo para admitir que era bisexual – primero a mí mismo y luego a los demás. Mientras que las cosas iban bastante más fáciles después de salir del armario y se me quitó un peso de encima, identificarme como bisexual continúa siendo un obstáculo personal para formar relaciones y sentirme aceptado por los que me rodean. A veces me pregunto si esto solo es un residuo de haber crecido en un pequeño pueblo – me mudé de Australia cuando tenía 22 años y he vivido en capitales europeas mucho más aceptantes- Sin embargo, algo me sigue sorprendiendo: las cejas levantadas y la falta de confianza que en ocasiones me sigo encontrando cuando le digo a alguien que soy bisexual, tanto por parte de gente hetero y gay. En el pasado, las mujeres hetero me han rechazado por simplemente ser gay, o los hombres gais afirmaban que eventualmente los dejaría por una mujer.

Esta sensación de no encajar ni en la comunidad hetero ni en la gay puede dar explicación a un informe de 2018 del Centro de Progreso Americano, que descubrió que los bisexuales están peores que gente hetero y gay, a través de un rango de marcadores sociales y sanitarios. Por ejemplo, mientras hombres gais tienen una doble probabilidad de vivir en pobreza que hombres hetero, la probabilidad se duplica para hombres bisexuales – algo que obviamente me horrorizó al descubrirlo. Especialmente considerando que bisexuales forman la gran parte de la comunidad LGBT – un increíble 52%, de acuerdo con el siguiente estudio del Proyecto de Avance del Movimiento. Pero también parecemos los menos vistos - ¿dónde están los bares y grupos de apoyo para bisexuales? Conspicuamente ausentes.

Lo peor es cuando la gente ni siquiera cree que mi sexualidad existe. Tan pronto como el pasado 24 de febrero, hubo un trending topic en Twitter: #BisexualMenExist (#HombresBisexualesExisten), en el que – lo adivinaste bien – hombres bisexuales refutaban la creencia de que somos creaturas ficticias o imaginarias que viven por el norte de Narnia.

Con tanta aceptación reciente sobre la idea de que la sexualidad es un rango, el hecho de que hombres bisexuales sientan la necesidad de justificar su propia existencia parece bastante curioso en el 2020.

Conspicuamente, mujeres bisexuales parecen no tener que enfrentarse al mismo problema de demostrar que si identidad sexual es verdadera. Presuntamente, esto es porque hombres heteros (dícese: sociedad patriarcal) fetichiza la idea de dos mujeres juntas sexualmente, mientras que todavía anhelan la atención masculina. Dos hombres, sin embargo, no responden a los deseos de un hombre hetero, así que los dos hombres son 100% gay. Digo yo, ¡¿HAY ALGUIEN QUE SEA 100% DE UN EXTREMO O EL OTRO?! El binario de la sexualidad me confunde y francamente nunca lo entenderé.

Otra razón por la que creo que se cuestiona la existencia de los hombres bisexuales es la falta severa de representación en la televisión y los medios en general. DISCULPA, ¡¿PERO DÓNDE ESTAMOS?! Crecer en Australia significaba – y me atrevo a decir- que cualquier tipo de representación era completamente inexistente.

Esto, afortunadamente, junto a la representación de otras identidades queer está empezando a cambiar. Las plataformas están incrementando la presentación de diversas sexualidades e identidades de género en su programación.

Para concluir: ¿existen los hombres bisexuales? Uhhh.... sí, claro. ¿A veces nos dejan de lado y nos hacen sentir invisibles? Sí, también. Pero las cosas están mejorando.